sábado, 23 de abril de 2011

La isla de la libertad


Querría escribir sobre Cuba, una isla maravillosa que llaman también la Isla de la Libertad (aunque es un poco paradójico dado que hay socialismo). Fui allí en febrero de 2009 con mi madre que es enamorada de este país y siempre ha ardido por visitarlo. Fue un viaje organizado por una agencia que es famosa por su actitud abierta y aventurera así que vimos también los lugares a los que los turistas normalmente no tienen acceso. En 20 días recorrimos prácticamente toda la isla.

Nuestra primera parada fue la capital: la Habana. Se dice que aquí, para hacerse nuevos amigos, es suficiente sentarse en el Malecón con una botella de ron pero nosotros no lo probamos puesto que solas palabras españolas que conocía hace dos años eran „gracias“ y „hola“. Visitamos el Museo del ron (del que más nos encantó la degustación), la heladería más grande del mundo o el bar en el que Ernest Hemingway solía tomar su daiquirí.

Después de tres días en la capital, fuimos a la provincia más occidental de la isla: Piñar del río. Es conocida por el mejor tabaco: aquí puedes comprar los puros de la mejor calidad por los precios más baratos. Visitamos una manifactura donde vimos cómo se fabrican los puros a mano y dimos un paseo por los campos de plátanos y de caña de azúcar.

En el día 10, llegamos al otro lado de la isla, a Santiago de Cuba que es la ciudad más caribe del país. ¡Esto es la Cuba auténtica, lejos del centro gobernante! Aquí vimos un cementerio único con tumbas de los héroes cubanos como José Martí (el „Padre de la patria“), del emprededor Emilio Bacardi o del famoso cantante Compay Segundo (de BVSC). En general, los cubanos son muy patriotas, en todas partes del país siempre descubres inscripciones como „¡Viva la Revolución!“, „¡Nunca capitalismo!“ o simplemente „26“ (porque el 26 de julio de 1953 tuvo lugar el asalto al Cuartel Moncada, un de los precursores de la Revolución).

Lo que me asombró más de todo el país fue Baracoa, la primera capital y el lugar del desembarco de Colón. Se dice que cuando Colón vio a este paisaje por la primera vez, dijo que fuera el lugar más magnífico del mundo. Y no es sorprendente. Aquí domina la atmósfera india autóctona y el clima de tranquilidad. ¡Y no hay turistas! El día siguiente hicimos una escalada a la montaña El Yunke. Para mí, fue el mejor momento del viaje. Paseamos por la selva tropical, vadeamos un río, comimos pomelos diractamente de los árboles y en el colmo nos deleitabamos mirando la naturaleza impresionante. ¡Pienso que esa vista nos emocionó todos! Al descenso, me devasté los zapatos y estabamos lodosos hasta las cinturas pero ¡valió la pena! Además, al final se puso a llover, así que aprendimos lo que es la verdadera lluvia tropical (fuimos completamente calados después de diez segundos). Luego nos descansamos a una playa (¡no había nadie!) y encontramos unos nativos de los que compramos el chocolate y el café fresco, recogido de los árboles alrededores.

Para resumir, ¡Cuba es un país increíble! Con la naturaleza preciosa, las ciudades con muchas historias y los pueblos con mucho encanto. Simplemente dicho: Cuba te asombrará y nunca más se irá de tu memoria...las playas, las calles estrechas, los mercados, el ron, la música, la quietud...¡todo! Los cubanos son muy amistosos y acogedores. Está claro que no tienen la vida fácil pero a pesar de la pobreza, se nota que son felices y muy inteligentes. Están contentos con lo poco que tienen y saben naturalmente como disfrutar de las bagatelas y de la vida en general. Cuba va purificar tu mente y mostrarte la poca importancia de algunos de tus problemas. ¡Querría muchísimo volver allí!

¡Viva la Cuba libre!

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