miércoles, 23 de febrero de 2011

Túnez, el país desconocido.

   No podemos asegurar que conocemos un país sin vivir en sus calles y sin escuchar a las bocas indígenas que hablan de una realidad relativamente difícil. De una manera sorprendiente, una película tunezina me afectó la conciencia. "El Príncipe", que da la imaje la más creíble del Tunecino moderno en un régimen de opresión, de represión y de engañoso adoctrinamiento, seguramente merece la vista si a alguién le interesa el tema. De hecho, afortunadamente, la política de Ben Ali tuvo un impacto político, económico, social y individual muy destructor para la mayoría de la población que pirdió la fe hasta el 14 de enero de 2011: la revolución tunecina.


   Antés de la "revolución del jazmín", yo probaba encontrar una razón legítima a los principios del régimen de Zín el-Abidín Ben Ali (poder sobre la economía del país, presidencia por siempre, ...) pero no tomaba los problemas del desempleo y la extorsión en serio. Lo que decía es que el desempleo existía en todas partes y que la extorsión era sólo triste. Ésas son palabras que resultan de la educación nacionalista que tuve de los medios de comunicación bajo los benalistas. Era una manipulación infalible contra los que aceptaban la idea tansmitida que "Túnez está bien". Pero éso es nada más que propaganda y ilusión. En realidad, los argumentos a favor del "antiguo" gobierno no impidieron una oposición ideológica y política (que yo despreciaba además) que con celoso criticaban a Ben Ali al prinicipio sobre "Youtube" y después sobre "Facebook", la clave que abrió la sólida carcel en la que yo pensaba. 


   Cuando regreso en Túnez para ver a mi familia y mis amigos, ellos me preguntan a veces que es el país que prefiero. Me acuerdo que un día cuando era pequeño, alguién en una cafetería popular me la preguntó y yo dije que Túnez era mejor que Bélgica. Él me contestó : "Tú no sabes nada", bajando la cabeza. Pensé: "¿nada de qué?". De hecho, bajo Ben Ali, el dinero era el sólo instrumento de autoridad que funcionaba en la administración del país y sus instituciones, de los ministerios a los minicipios. La confianza, por consiguiente, desapareció. Recuerdo mis amigos cuando me hablaban de la aduana nacional o de la administración de sus municipios o de la policía (protección civil, guardia nacional) pero no recuerdo ningún cumplido que les hubieran valorizado. Al contrario: "No encontrarás tus maletas. No te tomes la molestía de buscarlas en el aeropuerto", ellos me dijieron. Además, recuerdo mis conversaciones con ellos o con mi familia sobre, primero, el sistema educacional que envia los estudiantes que aproban el baccalaureat en una de las facultades del país según el baccalaureat escogido y el resultado de los exámenes. Así que la libertad del estudiante está cerrada con una puerta que tenía una cerradura que sólo aceptaba un montón de dinero. Poca gente podía pagar. Segundo, una vez los estudios hechos, buscar trabajo es la siguiente etapa y un puesto vacante cuesta .. dinero en millares de dinares (el dinar es moneda de la economía tunecina). A saber que un salario en Túnez alcanza dificilmente 400 o 500 dinares por diferentes causas pero "si quieras vivir en Túnez, necesitarás 800 o 900 dinares", me dijo mi tío en augusto de 2010. Con otras palabras, levantarse-acostarse bien, comer bien y callarse bien costaba 800 o 900 dinares pero el gobierno permitía a sólo una minoría que viviera bien. Así que una creciente oposición no sorpiende y éso soló los nacionalistas o los benalistas lo olvidaron o no lo realizaron hasta las amenazas del 14 de enero de 2011. 

   Actualmente, la inestabilidad del gobierno (lentitud de ejecución o insatisfacción por los proyectos de la revolución, manifestaciones, dimisiones) y la peligrosa oposición benalista hacen que las primeras decisiones de los cambios queridos por los tunecinos no se han cumplido hasta este punto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario