Voy a hablar de una pintora española que se llama Maruja Mallo. ¿La conocéis? Yo no la conocía, pero he visto un documental sobre ella. Su obra y su vida fueron tan interesantes que decidí escribir un texto sobre ella.
Maruja Mallo nació en 1902 y se murió en 1995. Su vida fue muy intensa, y su obra espléndida.
Empezó a dibujar cuando, de niña, se trasladó para vivir con sus tíos. Sus primeros dibujos son copias de revistas ilustradas de la época. Durante los años 20, sus cuadros son llenos de colores, y la alegría popular es visible todo el tiempo.
Cuando viajó a las Islas Canarias con su padre, los paisajes de las islas la inspiran para crear otros cuadros donde el color es muy importante.
Empezó a dibujar cuando, de niña, se trasladó para vivir con sus tíos. Sus primeros dibujos son copias de revistas ilustradas de la época. Durante los años 20, sus cuadros son llenos de colores, y la alegría popular es visible todo el tiempo.
Cuando viajó a las Islas Canarias con su padre, los paisajes de las islas la inspiran para crear otros cuadros donde el color es muy importante.
En los años 30, con el ciclo “Cloacas y campanarios », su pintura cambió totalmente: la artista se interesó por la putrefacción, por las partes oscuras de la vida. Fue realmente una reflexión sobre la vida, pero una reflexión pesimista, donde el gris es el color principal. Este periodo es un gran contraste de su obra. Dijo en una entrevista que pintó así porque después del día, hay que ver la noche, y que si existe lo bueno, es porque existe lo malo.
La obsesión siguiente de Maruja Mallo es el ciclo sobre las caracolas del Océano Pacífico. Pintó naturaleza viva para celebrar el potencial de la naturaleza. Los colores volvieron a ser estridentes, pero el rigor de la línea mostró la arquitectura interna de naturaleza. Aunque son representaciones de la naturaleza, Maruja Mallo no es romántica: sus cuadros tienen un fondo racionalista, formalista, con un orden interno que es visible. Este ciclo puede aparecer como un auto-definición de ella, porque debajo de su personalidad excéntrica, hay un rigor, y un trabajo muy serio.
Además de la pintura, también hacía collages y escribió un libro que trata del equilibrio, de la harmonía, del orden natural de los paisajes. El texto muestra una filosofía personal y única: es un resumen de su propio mundo.
No solamente es Maruja Mallo una artista, sino también una musa: aparece en el cuadro de Dalí “Sueños noctámbulos”. José Díaz Fernández escribe también sobre ella en una novela que se llama “La Venus mecánica”. Es la historia de una joven transgresora, decidida, que tiene un magnetismo especial. Eso es interesante para ver como Maruja fue vista por sus amigos.
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