Es un día especial.
No.
No es un día especial. No puede ser pues no tiene nada de especial.
Digamos que es un día bueno o lindo. Más lindo que los otros.
Sentada con un cigarro firmemente apretado entre el índice y el dedo corazón, un vino tinto y una canción de “tango tinto”, una banda de Tango, mi preferida, la única que conozco. Tomo una oliva de limón y ajo de las que compré en el mercado del domingo en la estación sur de Bruselas. ¡Qué delicia!
Hoy no tuve que ir a dar clase, fue suspendida por una razón que no importa mucho. No, no es verdad, la razón importa. ¡Me importa a mí! Seamos honestos, en general las cosas son importantes cuando y sólo cuando tienen importancia para uno. En fin, ¿será importante o no? Pues, ¡no! Todo en la vida es importante….si uno decide darle importancia.
Es un día importante. Decidí no ponerle atención a lo importante. ¡Imagine! Haga el esfuerzo de no atribuirle tanta importancia a todo lo que le importa. Naturalmente esto no incluye las personas que ama o quiere o las que le importan. Pongámoslo claro desde el principio, la vida sin eso tendría una cara bien triste... Cuidar a alguien no debe sistemáticamente ser visto como una carga. “Hacerse cargo de alguien” no significa tampoco darle importancia, eso lo hace la gente que no sabe bien cómo ocupar su tiempo libre.
Es un día libre. Uno de los pocos que he tenido desde hace dos años. Dos años no son mucho. Me gustaría poner a estos años unos años más para que les parezca verdaderamente inmenso, horrible…No, no sirve. ¿Para qué? ¿Por qué sufrir por lo que ya sufrí? ¿Por qué me complace pensar que no estoy sola? ¡Qué risa! ¡Basta ya de la opresión! En especial de la opresión que uno se impone. En definitiva, no existe opresión más horrorosa, más cruel, más ostentosa que la que uno se impone.
¿Qué será la libertad?
¿Qué haría si nunca tuviera tiempo para usted durante años y que, de repente, tendría un día libre?
Hoy tuve un día libre. ¿Entiende? Hoy tuve un día libre.
Sueño con un día libre desde hace mil años (me parece). Un día fresco, amplificado con música, con “tango tinto” y con sentimientos ligeros, baile, sentimientos que no pesen más que la pluma de un pájaro exótico. Sueño con tener sol, tanto sol que me dé una insolación. Sueño con volar, sentirme flotando en la ingravidez, como si estuviera en la luna o completamente aislada en el universo inmenso de mi soledad, pero de verdad. Sueño con encarnar a la llama pura, virgen de ruido, de suciedad y de preocupación. Sueño con tener el tiempo de darle importancia a nada más que al sueño.
Hoy tuve un día libre, se los quise regalar.